Cualquiera que haya leído o topado con la cocina israelí, al menos una vez, habrá oído hablar del Sabich: un rico y sabroso sándwich que encarna todo el sabor y la tradición de ese país. Este sándwich, traído a Israel en los años 50’ del pasado siglo por inmigrantes judíos, ha sufrido algunos cambios a lo largo del tiempo, pero continúa siendo un plato representativo de la comida callejera israelí y, además de ser muy popular en la ciudad de Tel Aviv y otras zonas de Oriente Medio, está apareciendo, paso a paso, en los menús de los restaurantes de otras partes del mundo.
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El Sabich

Pocos sándwiches en el están tan conectados con la historia y cultura de su país de origen. Los inicios del Sabich se remontan a aquella década cuando emigrantes judíos de países vecinos se trasladaron hacia Israel, trayendo consigo ingredientes y aromas típicos del Shabat. Lo que al principio era un plato judío se adaptó pronto a la cocina local, hasta que se convirtió en un verdadero sándwich gracias a la adición de laffa (pan), una pizza similar a la pita más famosa. El nombre del Sabich se remonta a la época en que el sándwich se arraigó en la comunidad judía y comenzó a prepararse y venderse como alimento en la calle. Como todo lo demás en Israel, que merece una verdadera devoción religiosa, el plato era un desayuno popular en Iraq, y el nombre, es una variación de la palabra árabe “para mañana”, sabach. Otros creen que el plato recibió su nombre de su creador, un inmigrante judío iraquí llamado Sabich que abrió una pequeña tienda en Ramat Gan en 1961 para vender su mágica creación. 

Con el mango, se prepara una salsa llamada skhug yemenita, obtenida a partir de pimientos rojos o verdes mezclados con cilantro fresco, ajo y especias y una salsa iraquí-india llamada amba, similar a un chutney, hecha con mango y especias. El mango parece fuera de contexto, incluso para un país multiétnico como Israel, pero hay una explicación para este ingrediente. La salsa amba, es el ingrediente que hace que este plato sea mágico. Pero esto tiene su historia. 

Desde la Edad Media, los comerciantes iraquíes han comerciado intensamente con la India, donde todavía existen comunidades judías de origen iraquí, y han traído consigo, primero en Iraq y luego en Israel, algunos ingredientes desconocidos para la época pero adoptados durante sus viajes, como el mango.

El sabich demostró ser un golpe de genio atrevido, un sabor genuido de Oriente Medio, rápido de ensamblar y lleno de sabor. Tan absoluto es el dominio del plato en la escena alimenticia local, que enseñó a los israelíes, de forma notoria, a cómo hacer cola para adquirirlas en puestos locales. Sea cual sea la variante de Sabich que se elija, este sabroso bocadillo representa un plato único y capaz de deleitarle con su encantador equilibrio de sabores e inconfundible aroma de Oriente Medio. ¡Y buen provecho!