Con láminas de carnes variadas y excelente sazón, envueltas en pan tradicional, alimenticio y delicioso, acompañadas de diversos condimentos según gustos y culturas, el Shawarma pasó por Grecia, Turquía y demás países árabes, desde el Medio Evo hasta hoy. Las ventas de comida en América no se quedaron atrás. En Tierra Santa, el Shawarma vino, se quedó y gustó con las adaptaciones de una cocina ganada para la innovación, creatividad y captación de lo bueno en la tradición gastronómica judía.