Todos alguna vez escuchamos hablar del Falafel. Un plato típico judío, que cada día va traspasando más fronteras; llegando incluso a formar parte del repertorio gastronómico de otras culturas.
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La expansión del delicioso falafel judío

¿Qué se sabe de sus inicios?

Así como sucede con muchos platillos antiguos, es difícil identificar con exactitud de dónde pudo provenir el Falafel; aunque por supuesto, existen muchas teorías que envuelven esta incertidumbre.

Algunos dicen que puede provenir de la India, un sitio del cual se tiene registro de este platillo, y donde incluso fue un alimento clave ya que podía ser consumido en cualquier momento; siendo preparado junto con un pan típico.

Por otra parte, la creación del Falafel también se le atribuye mucho al antiguo Egipto, del cual no se tienen muchas pruebas que lo confirmen, y aunque hasta la actualidad no se sepa con exactitud el origen del falafel, es un hecho que fue un acierto rotundo que se disfruta en el presente.

Otros datos que podrían llamar tu atención

Este platillo conocido por todo el mundo, posee un nombre característico; que proviene de la palabra árabe «filfil», que significa pimiento… Algo extraño si pensamos que este manjar no es un pimiento ni mucho menos; ya que su aspecto clásico se basa en una croqueta con distintos condimentos, así como también una albóndiga con algún tipo de relleno.

Aunque, así como existe el falafel clásico, existen sus variantes a la hora de preparar o condimentar este platillo. Por ejemplo, en Egipto se prepara y se rellena con habas; en Oriente Medio es algo distinto, ya que se suele preparar con mezclas de garbanzos y habas, aunque la versión que suele gustar más en todo el mundo es el falafel con garbanzo.

Este platillo suele pegar o quedar bien a cualquier hora del día, pero normalmente se consume como una especie de entrada, que muchas veces se junta con hummus, pan de pita; y en países extranjeros, se venden en forma de sándwich en puestos de comida rápida.