Existen cosas improbables en esta vida, pero seguramente el no haber escuchado el nombre de este plato, encabeza la lista. Siendo que el hummus no solo posee un nombre único, sino que su sabor genera una explosión de sabor.
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El plato judío del que debiste escuchar hablar
El plato judío del que debiste escuchar hablar

¿Cuál es la historia de este plato?

De la misma forma que muchos platos típicos judíos, el hummus es una receta muy antigua, la cual no tiene un origen o historia definido; siendo por esto, que muchos países afirman haber sido los creadores.

Países como Palestina, Egipto, Siria, Turquía y Líbano se autoproclaman dueños de la primera versión de hummus que existió, pero al ser un plato milenario con infinidad de variantes es realmente difícil por no decir imposible definir con exactitud su origen.

Los hebreos usan como prueba alguna que otra referencia bíblica para intentar proclamar el hummus como suyo, y es cierto que las referencias no tienen mucho que ver con el hummus de los últimos años.

Egipto puede que tenga el registro y prueba más contundente, en donde se menciona la posible primera versión del hummus en un recetario del siglo XIII.

El damasco, un importante plato sirio y turco es considerado un predecesor del hummus, mientras que en Líbano se muestran registros de un recetario antiguo que podría tener un poco que ver con el hummus, lo cierto es que es probable que el hummus haya pasado por cada uno de estos países en la antigüedad, aunque es muy difícil saber de dónde salió con exactitud.

El hummus pudo expandirse por el Imperio Otomano, el cual luego de la primera guerra mundial se quedó en los distintos países en donde fue llevado.

Elementos resaltantes

Este platillo se describe principalmente como una crema o puré, normalmente elaborado con pasta de sésamo, garbanzos, ajo, limón y aceite de oliva, el nombre se puede traducir al español como garbanzo y podemos encontrarlo en la mayoría de cocinas alrededor del mundo.

Sin duda alguna es una de las recetas más empleadas en reuniones, ya que puede acompañarse con muchos otros alimentos típicos judíos o incluso con alimentos extranjeros como tortillas chip.

Además de su sabor, si hay algo positivo en el hummus son sus propiedades, llegando a ser un alimento rico en fibra, vitaminas, zinc, magnesio, calcio, potasio, hierro y ácidos grasos como el omega 6 y 9.